jueves, 5 de septiembre de 2013

El hastío como principio existencial

JUAN PABLO VITALI

El hombre posmoderno se aburre. Tiene de todo para entretenerse pero se aburre, cada vez más y de forma angustiante. Se alcoholiza, ingiere medicamentos de todo tipo para “equilibrarse”, se conecta a las máquinas, ordenadores, teléfonos, televisión. Viaja abarrotando los circuitos de turismo.

Todo esto y mucho más consume en la medida de sus posibilidades económicas, que sean pocas o muchas le garantizan siempre el acceso a la ingesta y a la conexión mínimas. Y me olvidaba del sexo que en forma compulsiva trata de llenar también el vacío existencial. Aunque el sexo permanente es tan angustiante como imposible. También hay pastillas para eso.

Y no es sólo la falta de vida espiritual lo que nos desequilibra, sino la ausencia de una necesaria “dimensión social”. No es bueno que el hombre esté solo, por más que tenga una vida interior intensa. Solo, de a dos o en un pequeño núcleo familiar, una persona puede sobrevivir, pero no alcanzar la dimensión total de la personalidad, que es también indefectiblemente social. Se necesita un entorno comunitario. No se es fuerte sin él, no se puede sobrevivir adecuadamente sin tenerlo.
Las patrias que fueron nuestras pertenencias sociales están mutando. Se empequeñecen con la decadencia del estado nacional y se quedan sin respuesta frente a las dimensiones monstruosas de la globalización.
Nos aburrimos porque no tenemos objetivos trascendentes y no los tenemos, porque nos falta la dimensión social suficiente para proponérnoslos y llevarlos adelante.
El arte es un hecho social. La religión es un hecho social. La política es un hecho social. La soledad es antinatural, porque la ausencia de una comunidad de pertenencia es también antinatural. 
No sé si es como decía Jorge Luis Borges: “No los une el amor sino el espanto”, pero lo cierto es que a otros hay algo que mínimamente los une. A nosotros ni el espanto logra unirnos. Es que estamos consustanciados con la sociedad del vacío y su principio de llenarse con consumo en soledad.
Y eso es así aunque estemos rodeados de mucha gente, porque el tipo de relación con el otro es solamente un contacto fugaz, un usarse para el aturdimiento, para el placer instantáneo, para la corrupción de los sentidos, para disfrutar del consumo poniéndolo a consideración de los ojos del otro, en una perversa ceremonia muy propia de la sociedad en que vivimos.
Para ese compartir la conexión, el aturdimiento y el consumo, es lo mismo cualquiera, no hace falta el sentido de comunidad. Luego del momento de “instantánea felicidad”, debemos crear otro instante igual y así hasta el infinito. Cualquier pretensión por encima de eso necesitaría de una verdadera dimensión social, algo de lo que por ahora carecemos por completo.
http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=3813

el peligro de instalarse en el hastío

EL PELIGRO DE INSTALARSE EN EL HASTÍO
Mario Conde

17-03-2013

Uno de los riesgos, y no el menor, de las crisis duraderas reside en que pueden convertirse en un sendero que conduzca a instalarse en el hastío. Los griegos decían aquello de que el asombro es la puerta que conduce al conocimiento. Y tienen razón: para que realmente penetremos en la sustancia de las cosas, para que nos enteremos de verdad qué sucede, es necesario que la realidad se muestre tan cruda, tan brutal, tan descomunal que nos produzca asombro, hasta el extremo de exclamar eso de ¡es increíble! Pues a partir de la incredulidad comenzamos a conocer. Hasta ese momento, creíamos que la realidad se correspondía con los discursos de quienes gobiernan, de quienes ejercen cualquier forma de poder. Y suele ocurrir que el despertar a lo verdadero se produce con tal carga de asombro que los primeros compases del nuevo conocimiento, de la percepción directa de la verdadera realidad, suelen traducirse en ciertas manifestaciones de violencia. Pero nada excepcionales. Pensemos, por ejemplo, en el 15 M y ese movimiento de los llamados indignados. Se tradujo en unas pocas 'sentadas', algunas algarabías, cierto mobiliario urbano destrozado, contadas cargas policiales y poco mas. Bueno, esto sí, un montón de artículos de periodistas, comentaristas, tertulianos y ciertos políticos a favor y en contra de esas agitaciones. Pero de violencia en estado puro, muy poco. Ni siquiera cuando el alcalde de Marinaleda y algunos de los suyos se dedicaron a la labor de invadir supermercados bajo el pretexto de conseguir comida para los hambrientos, cuando en realidad buscaban notoriedad política para los que de ello viven.

Por ejemplo, ya hablamos poco de economía. No hace demasiado tiempo los medios de comunicación se llenaban de comentarios sobre magnitudes macroeconómicas, tasas de paro, problemas crediticios, concurso de acreedores y otros de la misma pluma, y llamaba la atención el tremendo desparpajo de algunos periodistas que comentaban sobre esas cuestiones técnicas manifestando sobre ellas una ignorancia enciclopédica, lo que no les libraba del terrible vicio español, mas castellano que galaico, de sentenciar sobre lo desconocido. Parece que nos hemos resignado a vivir mucho peor y algunos, no pocos, a instalarse en las puertas de la indigencia. Los recortes, Alemania, el euro, el BCE, la falta de liquidez... pasan casi a la categoría de temas del pasado aunque siguen estando presentes -desgraciadamente- en el diario vivir. Pero han conseguido hastiarnos. De los bancos, por ejemplo, ya solo nos preocupa, en su caso, la estafa de las preferentes, sobre todo si somos uno de los engañados. De lo demás, casi nada.

La Casa Real nos llenó de asombro al comienzo de los pormenores de su singular camino judicial, por obra de ciertos miembros por afinidad y consanguinidad. Al comienzo no dábamos crédito a lo que se decía, pero día a día en nuestro interior se fue, como dicen los castizos, 'haciendo callo en el alma'. Ya nos creemos todo y al mismo tiempo ya no creemos en nada. La Justicia se pone en evidencia en un paso mas en su singular suicidio al arrinconar el Derecho y sustituirlo por la política o la ignorancia, y consigue que una abrumadora mayoría de españoles piensen que el mensaje del Rey, de igualdad ante la Ley no pase de ser fuego de artificio. Si a eso se une el deterioro moral de la Corona por obra y gracia de una 'amiga del rey' como agente encargado de asuntos de Estado reservados, comprenderemos que corremos el riesgo de dejar de hablar de la Corona para situarla solo en el agradecimiento por servicios del pasado, con mas dudas sobre el futuro.

Y de la clase política ya solo hablamos para calificarla de casta y proferir insultos, descalificaciones, atribución de culpabilidades, demonización y otros asertos similares. La generalización, insisto, no es intelectualmente admisible, pero sociológicamente inevitable. Definitivamente no creemos nada de lo que dicen. Por eso en un país convulso e irritado, desconcertado y preñado de miedo, el debate entre los dos líderes del gobierno y oposición es visto por poco más del dos por ciento de los españoles. No sería malo, desde luego, si domináramos el arte en el que los italianos son maestros: saber vivir sin gobierno. Pero nosotros, que nos hemos labrado a pulso la vocación de súbditos, necesitamos de alguien que nos redima de nosotros mismos.

Así que caminamos al hastío. Nos da igual lo que nos sucede en política, en economía, en monarquía, en república, en educación, en cultura, en Europa, en agricultura, en medio ambiente, en industria, en investigación, en desarrollo científico, en pago de deudas, en cobro de créditos. La lista es larga. Sociedad hastiada es sociedad entregada a lo inevitable. Ya solo busca sobrevivir como sea a este temporal amarrada a cualquier palo mayor mientras toda la arboladura cae con estrépito sobre cubierta. El caso es llegar a un puerto como sea y cualquiera que sea. Sobrevivir. Pisar algo de tierra firme aunque sea para ser vendidos como esclavos. Mal asunto, sin duda. 
http://www.laregion.es/opinion/17412/27793/

viernes, 24 de mayo de 2013

hastío - chamizo estail (2013)

algunos se divierten echandose unos porros, otros con videos del youtube, hay quien de vez en cuando se pone piripi. yo lo hago "cantando", y esa vez sobre bailables ritmos jamaicanos.
yo me lo guiso, yo me lo como

hastío, miembro de la colosal crew Frente Rapero de Liberación Absoluta y de la salvaje crew Bio.lentos vuelve a atentar contra el flow y la entonación sin ninguna verguenza ni discriminación.

Por un mundo en el que a las palabras no se las lleve el viento.
¡viva la vida!

para descargartelo hazlo aquí http://dfiles.eu/files/mas3j5uev 

(avísame si te da problemas)

miércoles, 23 de enero de 2013

pa$ta fary


inesperado adelanto de la maketa reggae mas punky de la zona norte.
lo que hay que ver. 
el que se pica ajos come.